CN CYCLE FOR CHEO LA TORMENTA
Alexander Vargas Sanabria
Los ciclistas sí rodamos bajo la lluvia, pero difícilmente empezamos a rodar con ella. Empezar en frío con los pies húmedos y la certeza de que así será durante las siguientes 5 horas es algo desmotivante. Justifico a todos aquellos que no fueron, aunque los que estuvimos allí no nos arrepentimos.
Distancia: 93 km
Desnivel Positivo: 355 m
TIME: 3 HRS
Son las 5:00 a.m. y el despertador suena. Estaba sentado en la orilla de mi cama escuchando la lluvia golpear contra mi ventana. Tomé fuerza para levantarme, prendo la cafetera y saco de la nevera el desayuno que la noche anterior había dejado preparado.
Mientras desayunaba, miraba por la ventana de la sala hacia el balcón, esperando que la lluvia cese y el clima cambie intempestivamente, como en otras ocasiones hemos pasado del calor al frío. Pero ya sabemos que esto no pasó y que es hora de terminar de alistarnos para salir a cumplir con la cita.
Ya es hora de salir de mi casa. Tomé la ruta habitual que de Britania Beach lleva al Gatineau Park, pero esta vez mi primer destino es el Museo de Guerra, punto de partida de la rodada de hoy. La comunidad de WhatsApp está activa y los mensajes empiezan a llegar; unos avisaban que van llegando, otros preguntaban por el punto de encuentro y los demás nos desean suerte porque no van a rodar.
Mientras rodaba a la orilla del río, recordé que a este evento llegué de carambola, por azar. Yo ya había decidido no participar porque cada cosa que hago en este momento necesita de cálculo económico, y quise priorizar las actividades que tendremos en el verano. Ocupé el lugar de Iván, quien no participó por un viaje que tuvo que hacer a una celebración familiar. Recordaba eso, porque el subconsciente te va juzgando cada decisión que tomas de la forma más objetiva posible; pudo ser que no me esperara la invitación, pero también es cierto que pude negarme.
Se terminaron los reclamos internos, estamos en el punto de encuentro. Aunque se siente un poco solo, las personas van llegando de forma continua mientras se aproxima la hora de partir. Comparto un café con Beto y veo cómo uno a uno van llegando los mojados, y uno a uno damos una buena justificación para estar ahí. No sé si alguno pensó en no venir, porque yo sí lo hice.
Estamos en la línea de partida y nos organizamos para sacar algunas fotos. La comitiva ecuatoriana saca una bandera para adornar la foto. Por lo general, son nuestras camisetas de la selección Colombia de ciclismo las que eclipsan el grupo, pero fue la bandera de Ecuador la que pintó la foto grupal.
Es hora de partir, y la ruta del evento nos dirigió hacia mi casa, como una señal, una oportunidad más para evitar el evento, pero no, el ambiente es divertido, ya me preocupaba menos el agua, me alentaba esa sensación de ir compartiendo el camino con otros mojados. Estamos ahí conectados, compartiendo una actividad que a la larga no cambia el mundo, pero de momento te ayuda a verlo con nuevos ojos.
En un par de minutos di la vuelta para tomar la ruta de regreso hacia el centro de la ciudad. Bajé el ritmo y empecé a buscar a mis compañeros, no estaban tras de mí, nos hemos partido y ese viaje de ida tuve que hacerlo sin ellos. Recuerdo que, previamente, cuando hablamos de este evento, nos habíamos propuesto salir con buen paso desde la línea de salida, compartiendo y relevándonos la responsabilidad de llevar el grupo, pero la ubicación de partida no nos permitió hacerlo, siempre nos cuesta un poco ordenarnos para empezar.
Avanza la ruta, ya estaba en el centro de la ciudad, y a pesar de ir lanzado y a buen paso, fui rebasado por dos corredores con un mejor ritmo y decidí ir tras ellos para ir en grupo. El ritmo era bueno, empezamos a sumar personas y a perder otros. Rápidamente llegamos a la rotonda donde se encuentra la escultura a caballo “The Queen Elizabeth II”, y en un parpadeo estaba solo junto otro ciclista, alternamos la llegada al punto de retorno.

Al llegar a este punto, decidí tomar un respiro para ir al baño y comer algo con la esperanza de reconectar con mis compañeros de equipo. Después de esperar un tiempo, me incorporé nuevamente a la ruta mientras iba viendo de reojo si alguno de ellos venía en sentido contrario. Agua iba y venía, y entre tantos sonidos que se funden entre sí para volverse ruido, escuché la voz de Carlitos gritar “Alexxx”, el llamado a terminar esta historia acompañado.
Regresé a ese punto de avituallamiento en el que ya había esperado, y después de un par de minutos, estamos juntos de nuevo para regresar y terminar. Solo hacía falta Toño, reciente incorporación del club, quien, al parecer, tuvo problemas mecánicos y se retiró del evento.
El regreso al punto de salida fue a otro precio, una sola línea de caras conocidas haciendo que las cosas se tornaran aún más divertidas o como habitualmente son en nuestras rodadas del club. Danilo al ataque, a poner un ritmo que nadie soporta; James sonriendo, con muy buena energía y actitud; Beto al final de la línea como que se queda, pero no; Carlitos va serio como Nairo, nadie sabe si va sobrado o en las últimas; y Laura, aja… mamando gallo y burlándose de los que había dejado o los que no podían seguir su ritmo.
Es el final, llegamos como empezamos, bajo la lluvia. Mientras pasa el tiempo en el punto de encuentro y después de las fotografías y el resumen individual del evento, empezamos a sentir hambre y frío. Mientras compartimos una hamburguesa y una bebida caliente, nuestros cuerpos se empezaron a enfriar, y por más que queríamos seguir allí para compartir un rato más y disfrutar del evento, el clima no lo permitió.

La reseña del evento
CN Cycle for CHEO no es un evento competitivo, no existe toma de tiempos ni una prueba individual sobre algún segmento específico de la ruta. Creo que es un paseo en bicicleta por la ciudad que algunos hacen más rápido que otros. Es una actividad relevante para la ciudad de Ottawa porque, a través de esta, se conecta una actividad física grupal con una causa global; y para GCC es la oportunidad de apoyar una causa social vinculada al ciclismo.
En Colombia tuve la oportunidad de participar en diferentes actividades recreativas deportivas en la bicicleta, pero este evento en particular contó con un decorado distinto para mí. No fue la ruta o dificultad, si no la diversidad de idiomas, colores, rasgos… de personas que te rodeaban.
A pesar de la tormenta, repetiría la experiencia y me encantaría llevar a este evento ideas para hacerlo aún más interesante para la comunidad ciclística de la Región Capital.
En la ruta: Danilo Borja, Carlos Bermúdez, Laura Calle, James Potvin, Toño García, Dario Vega y Cristian Araujo.